Por MARTHA LUCÍA RÍOS | Corresponsal Eje Cafetero
“…Como han pasado los años…como cambiaron las cosas…las vueltas que da la vida” traigo a colación esta pequeña estrofa de tan reconocida canción y es justamente porque cuando en algunos sitios llegan los …dícese “famosos” de nuestra farándula, aquellos que vimos a través de las pantallas, en comerciales, en pasarelas, en vallas publicitarias, revistas y etc.
Ahora se les ve el inexorable paso del tiempo, con ayuditas o sin ellas, pero como cualquier parroquiano.
En sus cuartos de hora no pensaron en esto y no estoy en contra de que ya se vean diferentes, estoy en contra de los que dejaron con la mano estirada, a esos precisamente, que fueron su público, a esos mismos que los tenían en una especie de podio imaginario, a los que erróneamente les dieron ínfulas de estrellas, pero sus ídolos con desprecio dijeron… NO!!!…a una foto, a un acercamiento, aún cuando tenían tiempo… pero esos mismos que quedaron perplejos ante la actitud déspota, prepotente y de muy baja educación les quedó esa imagen y es la que hicieron popular desde ese momento de voz a voz, su ídolo de papel quedó reducido escasamente al olvido.
¿Qué les costaba al menos una sonrisa desde lejos? ¿De qué material creyeron que estaban hechos? ¿Se les salió a ellas y a ellos el Dorian Grey ?
Está demostrado que la educación es sinónimo de inteligencia y a éstos pues creo encontrarles la justificación …jejeje
Ahora a esos personajes la vanidad los aplastó, porque sólo cultivaron eso, ¿pero la parte humana… dónde les quedó? Los vemos entonces sonriendo, queriendo rescatar el tiempo cuando ya no hay público y en cuanta red social exista, tal vez queriendo llamar la atención, queriéndose acercar a las personas…pero ¿ya para qué? Se recoge lo que se siembra…
En cambio, están vigentes aquellos que tenían sus pies muy bien puestos en la tierra, que reconocen desde su corazón, el amor del público, que, aunque pase el tiempo, ellos seguirán siendo dignos de admirar y apoyar, esos mismos que hacen parte de los mejores recuerdos de la vida, que, aunque no los conozcamos personalmente tienen nuestro cariño y esa buena vibra de su público que los revive día a día.
Ojalá que esta nueva generación de personas que pertenecen a este medio de la publicidad y la farándula, tengan en cuenta que la soberbia es la mejor base para pararse en falso y salir por la puerta de atrás, pues el único público que le quedará…es él mismo, en el tristemente y poco célebre, olvidado cuarto de San Alejo.
